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miércoles, 16 de junio de 2010

EL ARMA ES PARA MATAR¡¡¡¡


Rebecca Peters, activista antiarmas:
"Que el arma es una solución es un invento que viene de las películas"

Dirige la red más grande en el mundo contra el uso de armas de fuego ligeras y eso le permite tener un mirador panorámico y concluir que a menudo las democracias jóvenes definen políticas sobre armas con base en ideología, y no información técnica. Esa falta de información está detrás de la tesis de que los buenos necesitan armas para defenderse de los malos.

“Soy Rebecca Peters, soy australiana y fui periodista en New South Wales, en Sydney, uno de los estados que fueron más permisivos con las armas en Australia. No podía creer que un gobierno lleno de gente que ha estudiado y con tantos asesores promoviera estas políticas y me fui a estudiar derecho, porque me pareció que las personas que están ahí en la mesa de decisión son abogados. Mientras estudiaba el primer año ocurrió una matanza de ocho personas que fueron asesinadas por un tipo en un centro comercial en Sydney, un tipo que había conseguido el arma legalmente. En esos días la ley requería que pusieras una razón por la que querías portar un arma, pero no tenías que comprobar nada y él había dicho que quería un arma para ir de caza... pero no dijo lo que iba a cazar y mató a estas ocho personas. Esto fue en 1991. Me pareció que hay muchos problemas sociales que son difíciles de abordar con legislación: racismo, machismo... pero este es un producto fabricado legalmente y que se puede regular con la legislación y me pareció ridículo que la ley había permitido esta cosa. Entonces me di cuenta de que la gente que estaba haciendo campaña no sabía mucho de cómo manejar los medios, eran poco organizados, me metí en eso y llegó a dominar mi vida. Terminé el derecho pero nunca he trabajado como abogada, sino siempre como activista, pero nunca pensé que iba a pasar 20 años en este tema. Finalmente, en Australia, unos años después, logramos un acuerdo entre los ocho estados para tener estándares iguales; ahora es requisito que compruebes la razón por la que quieres un arma, hay 5 años de prohibición a las personas con un historial de violencia intrafamiliar y prohibición de la importación y venta de armas semiautomáticas, y varias otras prohibiciones. Y hemos visto una reducción muy dramática en la violencia por armas de fuego en Australia. Ahora soy directora de esta red mundial. Somos una red de 900 organizaciones de la sociedad civil en 120 países... Sí, sí voy ganando esta lucha. Ahora las Naciones Unidas se han implicado y eso legitima el tema para muchos gobiernos... había una vez que los gobiernos pensaban que la violencia era como la lluvia, una cosa que simplemente ocurre y que no se puede hacer nada... ahora reconocemos que la violencia se puede prevenir, tal vez no completamente, pero se puede prevenir al menos la gravedad”.

¿Cuál es la lógica con la que opera la lucha por restringir el uso de armas de fuego?
Bueno, la lógica es que sabemos que las armas de fuego son productos diseñados para un objetivo: matar. Hay que reconocer eso: no son zapatos. La naturaleza de este producto no está reconocido en las leyes o en las políticas públicas. En los años 90s comenzó una proliferación muy grande de armas ligeras en el mundo y las políticas públicas no se han puesto acordes, no han avanzado al mismo tiempo que la proliferación de armas. Sabemos que las armas ligeras de fuego no necesariamente son una causa de violencia, pero multiplican la probabilidad de que una persona resulte muerta, multiplican la probabilidad de que muchas o varias personas mueran en lugar de una sola y reducen la capacidad de resolver una situación de conflicto en una manera no violenta. La presencia de las armas de fuego multiplican el peligro.

¿La presencia de armas de fuego multiplica la violencia?
La gravedad y la probabilidad de que un potencial de violencia se convierta en violencia.

¿Y usted puede probar eso?
Sí. En situaciones de conflicto entre pueblos y también en situaciones de conflicto entre personas. Sabemos, por ejemplo que en un asalto en el que está involucrada un arma de fuego hay 12 veces más probabilidades de que alguien resulte muerto, comparado con un asalto que no implique un arma de fuego.

Es un hecho que las armas son unas maquinitas que tiran proyectiles que matan. La pregunta es si existe una relación directa entre los países que son más permisivos con el uso de armas de fuego y la violencia.
No se puede decir que es el único factor. Hay otros factores en la violencia como la pobreza, el desempleo, la inequidad... pero mirando a países que son más o menos parecidos en estos contextos sociales y económicos, podemos decir que sí, que la disponibilidad de las armas de fuego, especialmente las armas cortas, las pistolas, aumenta el suicidio y el homicidio. Queremos regular, restringir las condiciones para poder usar un arma y tratar de mantener bajo control la proliferación de armas de fuego.

¿Por qué la palabra es regular y no prohibir?
Porque en este momento sólo hay uno o dos países en el mundo donde se prohíben completamente las armas de fuego para los civiles. En ningún país están prohibidas completamente las armas de fuego, porque todos los países del mundo compran armas de fuego para sus fuerzas armadas y sus policías. Todos los países son parte del mercado y también la gran mayoría de países permiten a los ciudadanos tener armas de fuego de algún tipo en algunas condiciones y a mí me parece que no es práctico decir que queremos una prohibición total de armas de fuego. La cuestión es cuáles son los usos legítimos. En muchos países se permiten las armas de fuego para ir de caza, pero en ese caso no son pistolas, sino fusiles de caza o escopetas, y esas son armas menos populares para la delincuencia.

La regulación del uso de las armas de fuego, desde un uso libre hasta un uso restringido, tiene una lógica inversa con otro gran mercado, que es el de las drogas. Las regulaciones más liberales y aquellos países que han padecido de forma más terrible el narcotráfico, creen que para desarticular el daño que causa este mercado habría que legalizarlas. En las armas parece que la lógica es la inversa. ¿No hay lecciones que aprender del mercado de drogas?
La diferencia entre el mercado de drogas y el de las armas es que las drogas son ilegales desde el momento en que se cultivan o se crean en el laboratorio. La vida entera de las drogas es ilegal y en ningún momento logra el gobierno regularlas y la lógica del movimiento de salud pública dice que es mejor regularlas, que se produzcan en condiciones controladas y que la venta sea controlada y que el hecho de que sean ilegales aumenta mucho el peligro y la letalidad del mercado. Las armas de fuego, todas o casi todas, son creadas en una fábrica que en algunos países incluso es estatal o simplemente autorizada por el gobierno. Las armas de fuego comienzan la vida bajo control del gobierno y el problema es que después, cuando comienza la cadena de comercio, como las restricciones no son buenas, salen al mercado ilegal. Entonces con las armas de fuego podemos -como comienzan su vida bajo control del gobierno- mantener las barreras para prevenir que entren en el comercio ilícito y eso es una diferencia muy importante. Por otro lado, las drogas son productos que se consumen, y entonces eso también cambia la dinámica. Las armas de fuego son un producto que dura y que se puede controlar legalmente.

Según la policía, en El Salvador el mercado legal es el principal abastecedor del mercado negro. ¿Políticas restrictivas no engordan, encarecen y empoderan al mercado negro?
No, porque como dices, el mercado legal alimenta al mercado ilegal, entonces lo que estamos intentando hacer ahora es mantener la división. Es muy distinto un mercado donde ya hay regulación y se puede endurecer. Si califican menos personas en El Salvador para comprar armas legalmente, cada persona que compra un arma legalmente es un punto de potencial desviación al mercado ilegal. Reduciendo el número de personas que pueden comprarlas legalmente reduce el número de puntos de desviación. También porque el mercado legal es abastecido por las importaciones legales, entonces reduciendo la demanda en el mercado legal se reducen las importaciones, también restringiendo el tipo de armas que se pueden vender a los civiles y muchas veces también limitando el número, el tamaño de arsenales que los civiles pueden construir. Sabemos que muchas personas compran armas simplemente porque las pueden comprar, porque los amigos tienen, porque quieren ser machos o a veces quieren comprar un arma porque están enojados, deprimidos, celosos, cosas así y cuando se alza el nivel de la dificultad de calificar para tener un arma, cuando uno se da cuenta de que es difícil, ya abandonan la idea.

¿Ha visto el tamaño de El Salvador?
Pequeño.

Estamos apretados en un espacio ínfimo junto con otros países que en suma somos el lugar más violento del mundo. El problema salvadoreño lo comparten los vecinos Guatemala y Honduras. ¿Tiene sentido una política pública restrictiva que no sea regional?
Vemos Centroamérica como una región que debería estar trabajando con políticas armonizadas a nivel regional. Parte de la lógica del programa de acción de las Naciones Unidas sobre armas ligeras se basa en el hecho de que las armas cruzan fronteras muy fácilmente. Eso lo vemos también en Estados Unidos, entre los estados: en Nueva York hay una ley muy restrictiva, pero al lado está Pensilvania y otros lugares y pasa lo que llaman en los Estados Unidos un río de acero: las armas son adquiridas legalmente en esos estados donde la ley es más débil y las trafican al estado donde la ley es más fuerte y eso es igual con los países. Entonces reconociendo que un país con leyes fuertes se verá minado por sus vecinos con leyes menos fuertes, se concluye que es muy importante trabajar hacia la armonización de las políticas regionales.

La pregunta no tiene que ver con si es bueno generar políticas restrictivas regionales, sino si tiene algún sentido, si sirve hacer leyes nacionales si no hay esfuerzos regionales.
Siempre hay que tener alguien que tome el liderazgo. Guatemala acaba de hacer una reforma muy importante a la Ley de Armas... no es perfecta pero es mejor que antes y eso es más o menos lo que vemos siempre: que un país mejora algo y luego otro país también lo hace. Es una cosa que sí vemos en subregiones de África. Por ejemplo, en África Occidental, cada subregión tiene una convención jurídicamente vinculante que se llama “Convención de África Occidental sobre armas de fuego” y en otra región “El protocolo de Nairobi sobre armas de fuego” y ahí están contenidas todas las normas que todos los países de esa subregión tienen que poner en sus leyes sobre armas de fuego. Quiere decir que tienen que tener el mismo estándar, los mismos criterios. En Centroamérica sería, creo, mucho más lógico. Los países de Latinoamérica no tienen una gran tradición de desarrollar sus políticas públicas en una manera conjunta, ¡pero sería muy lógico!

Vivimos en un país con un altísimo índice de homicidios, con un arraigado problema de crimen organizado, y con una ciudadanía francamente atemorizada, donde los espacios públicos no son públicos... En este contexto, ¿no resulta lógica la pregunta de por qué no puedo sacar mi arma y disparar contra quien quiera agredirme?
El peligro no es un invento, pero la idea de que la solución es un arma, eso sí que es un invento o es una idea que viene como de las películas.

Pruébelo.
Las investigaciones demuestran que tener un arma en casa aumenta la probabilidad de una muerte por homicidio o suicidio en tu casa. Aumenta dos veces el riesgo de homicidio y tres veces el riesgo de suicidio. También en El Salvador se hizo una investigación, creo que fue Fespad, mirando la situación de la gente que trató de defenderse con un arma de fuego y descubrieron que al intentar defenderte en un asalto con un arma de fuego, en lugar de ayudarte eso aumenta el peligro para las dos personas. Es que la realidad no es como en las películas: un arma de fuego no te brinda protección. Hay un sondeo interesante que hizo la escuela de salud pública de Harvard en Estados Unidos, pero que creo que tiene validez en otras partes. Preguntaron a las personas: "Si tus vecinos tienen armas en casa, ¿eso aumenta o reduce la seguridad de tu barrio?" Y la gente respondió que no les gustaba la idea de que sus vecinos estuvieran armados, porque eso reducía la seguridad. Y luego les preguntaron: "¿Y tú tienes armas en casa?" Y la gente respondió: "Si yo lo tengo eso aumenta la seguridad, pero si otros la tienen, se reduce". La gente tiene la tendencia a pensar que en determinada situación "yo sería el héroe, yo voy a saber qué hacer"... y la realidad es otra.

Repito una idea cuya autoría no es mía: “En El Salvador hay pandillas juveniles cada vez mejor armadas. Hay armas en poder de niños de 12 años. Ellos no fueron a registrar su arma, les llegó de parte del mercado negro, en cambio yo soy un ciudadano de bien, que registra su arma. Si tú me quitas la posibilidad me dejas desvalido frente a los malos, porque ellos sí pueden portar armas, porque no las registran”.
Bueno, no creo que haya una propuesta en El Salvador para prohibir las armas. La idea de que las van a quitar de los ciudadanos de bien... Pero es posible, por ejemplo, que algunas personas que ya tenían armas ya no califiquen, entonces tenían que ver si podían hacerse calificar.

¿Entonces sí tiene sentido esta lógica?
Es que hay que mirar desde el punto de vista de que es el mercado de armas de los ciudadanos de bien el que está alimentando el mercado ilegal para los delincuentes, entonces desde el punto de vista de la política pública, desde el punto de vista de la prevención, hay que tratar de restringir las fuentes de armas en el mercado ilegal.

¿Cuáles son las restricciones? Vayamos subiendo niveles, comencemos con un nivel bastante permisivo. ¿Quienes quedan fuera primero?
Los ciudadanos que tienen antecedentes criminales. Uno puede decidir qué tipos de antecedentes penales. Por ejemplo, existe una red de mujeres que tenemos una campaña enfocando el hecho de que en muchos países cuando miran para ver si sos una persona violenta miran si has sido procesado por algún asalto a un banco, pero no miran la cuestión de si sos una persona que practica la violencia intrafamiliar. Creemos que la violencia intrafamiliar debería ser un criterio que descalifica a una persona para comprar un arma, pero muchos países y ciertamente en la mayoría de Latinoamérica, la violencia familiar no entra, no hay mención en la Ley de Armas, y eso es una cosa negativa.

Tenemos ya el primer nivel: descalificamos a todos los que tengan antecedentes criminales y a los que han golpeado a su pareja o a quienes cometan violencia recurrente contra sus hijos. Subamos.
También hay criterios de edad. La edad mínima ahora en Brasil la han subido a 25 años. Otra cosa: uno de los puntos más importantes que marca la diferencia entre países es que hay países que dicen que tenés que comprobar una razón y otros países que no te lo piden y creo que El Salvador no te la pide.

¿Y qué razones hay para argumentar que querés un arma?
En países que la gente tiene armas para ir de caza, tienen que comprobar dónde vas a ir de caza, qué es lo que vas a cazar y que tenés permiso de hacerlo y cosas así. A veces la gente dice "quiero un arma para deporte", y dicen que van al club de tiro y entonces ahora en Europa requieren que el club de tiro lo certifique y que el club de tiro pueda perder su licencia para funcionar como club de tiro si resulta que esa persona tiene un arma y comete violencia, entonces le supone al club una responsabilidad muy grande.

¿A parte de la caza y el deporte se le ocurre alguna otra razón lógica?
El punto más controvertido es la idea de tener un arma "porque temo a la delincuencia", porque anticipo que voy a querer matar a otra persona. Quieres un arma porque quieres matar a una persona que te está agrediendo. Ahí se distinguen los países. En los de Europa en general no te dejan tener un arma por esa razón, porque han decidido que la idea de que un civil tenga un arma anticipando que va a matar a otro civil no es aceptable en sus sociedades. Cada sociedad tiene que decidir.

Aquí se ha propuesto la posibilidad de restringir la portación de armas pero dejar habilitada la tenencia de armas. ¿Sirve?
Sí. Yo al principio había pensado que la cosa más importante es si se permite a alguien tener un arma, y si la van a portar o no, me parecía que no era tan importante; pero los estudios han demostrado lo contrario, específicamente en Colombia, que es un país también muy violento, donde han hecho estas vedas de armas en ciertos períodos o lugares y vieron una disminución particularmente en períodos como fines de semana, que eran momentos donde la gente está bebiendo mucho alcohol o donde hay eventos públicos y han visto una disminución de las muertes por armas de fuego. Entonces eso me ha convencido de que prohibir la portación de armas es una medida que sí sirve a reducir la violencia.

¿Hay evidencia científica que demuestre que las armas de fuego son un factor de riesgo y que incrementa la violencia?
Sí.

¿Y esta evidencia no existe desde hace dos semanas sino desde hace años?
Sí.

A la luz de la experiencia comparada es obvio que las armas de fuego son un factor de riesgo para los países.
Sí.

¿Cómo se explica que gobiernos como el de El Salvador no hayan sido capaces de ver algo que a usted le parece obvio?
Bueno, sólo hace un día que estoy aquí... te digo un poco lo que deriva del conocimiento que tengo de otros países: sabemos que en muchos países, especialmente las democracias relativamente nuevas, que las políticas públicas sobre seguridad nacional no están muchas veces informadas por la investigación, los estudios, sino que están basadas más en ideología y cosas así. También sabemos que en muchos países hay una coincidencia entre las personas que importan y venden armas que son muchas veces personas que tienen mucha influencia en la sociedad, a veces en círculos políticos, a veces en círculos militares y esto puede ser que se aplique en El Salvador, yo no sé, pero muchas veces las personas y las organizaciones que se benefician de la venta y la proliferación de armas tienen un poder desproporcionado comparado con el peligro que están creando en la sociedad y también yo creo que falta... viendo aquí en El Salvador me parece que la gente está muy ansiosa por la cuestión de seguridad, sienten mucho la inseguridad, pero me parece que no hay un discurso público muy grande sobre la cuestión de las armas y entonces si el gobierno no siente presión pública para cambiar la política entonces no lo va a hacer.

Es un hecho que las políticas de mano dura disparan, diversifican y especializan al crimen organizado. Los números demuestran en El Salvador, que son políticas fracasadas, que no sirven y que agravan el problema, pero la población las aplaude. ¿Qué respalda su idea de que la sociedad civil estará más informada que los que se suponen especialistas, o sea, el gobierno? ¿No es un poco romántica la idea de la sociedad civil tomando la primera acción de cara a esto?
Yo diría que soy optimista. De alguna parte tiene que surgir la conversación y tiene que comenzar. Me parece que no la están teniendo y es una lástima en un país donde las armas están implicadas en tanta y tanta violencia. Tal vez desde las iglesias. En otros países las iglesias han sido muy importantes en estimular esta conversación y también la comunidad de salud pública, los médicos... Vimos en 2008 por primera vez la reunión de ministros de Salud de las Américas, hicieron una declaración que se llama la Declaración Panamericana de Ministerios de Salud, donde declararon que la disponibilidad de armas de fuego es un factor de riesgo y esa es la primera vez que a nivel regional los ministros de Salud se implicaron. Entonces yo espero, pienso, tengo que pensar que cuando vemos estos otros líderes de opinión pública, de personajes que son muy respetados, iglesias, médicos, cuando ellos comienzan a implicarse, que ojalá que la población en general los siga, pero sí, me parece que hace mucha falta en El Salvador.

¿Usted le va a hacer una propuesta concreta al ministro de Seguridad de El Salvador?
No, yo lo que le voy a decir es lo que sabemos con la experiencia que tenemos en otros países. Yo como extranjera no vengo para decir "tienes que hacer esto y esto", también sé que el gobierno nuevo, que es relativamente nuevo, claro, tienen muchísimos problemas de todo tipo de cosas, pero yo no sé... le voy a decir que tiene que ser como muy alto en la agenda este tema, con mucha más como voluntad que antes y eso sería una cosa que me parece buena que podría hacer el gobierno nuevo.

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